Simbolismo de la cizaña: los falsos cristianos
Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero. Mateo 13:24-30
Profusión de los falsos cristianos, señal de los últimos tiempos
El Señor Jesucristo, en las enseñanzas de cómo interpretar todas las parábolas (Marcos 4:13), entre otras cosas también nos muestra que una de las señales para reconocer que se acerca el fin de los tiempos es la aparición abundante entre su iglesia (los campos de trigo) de la cizaña. La cizaña, como nuestro Señor nos enseña, son los falsos cristianos. Veamos porqué:
Respondiendo él les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles.De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo.Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. Mateo 13:37-42
Al preguntarle los discípulos sobre el significado de esta parábola (Mateo 13:36) les reveló lo siguiente:
- El hombre que sembró la buena semilla es Jesucristo (Marcos 4:14 / Mateo 13:37)
- La buena semilla es el evangelio y quienes lo obedecen (Marcos 4:26-29)
- El campo es el mundo (Juan 4:35)
- El enemigo que sembró cizaña es Satanás, el diablo (Juan 8:44)
- La cizaña (mala hierba) son los hijos del diablo, los falsos cristianos hacedores de maldad (Mateo 7:21-23)
- La siega es el fin del mundo (Lucas 21:31)
- Los segadores son los ángeles (Mateo 24:30-31)
- El granero es el reino de los cielos (Mateo 7:21)
- El fuego en el que se quemaba la paja es el infierno (Lucas 13:27-28)
Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. 1 Juan 2:18
Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. 1 Juan 4:1
Y muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos. Mateo 24:11
Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. Mateo 24:24
Satanás ha enviado a sus falsos ministros por el mundo para diseminar mediante un poder engañoso su falso evangelio; este falso evangelio produce falsos cristianos. Falsos creyentes quienes no se han arrepentido sino que se acercan a Dios con fines meramente egoístas, pues eso es lo que enseñan esos falsos siervos con sus falsas enseñanzas: a acercarse a Dios para obtener riquezas terrenales (Juan 6:26).
...inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia. 2 Tesalonicenses 2:9-12
Hablando ahora en términos agrícolas, ¿Qué cosa es la cizaña?
Se le llama cizaña o mala hierba a la planta que invade los cultivos y reduce su rendimiento, pues compite con la especie cultivada robándole agua, luz y nutrientes de la tierra. La cizaña dificulta la recolección y reduce por contaminación el valor nutritivo del producto. Sus granos tóxicos envenenan los granos de trigo que crecen a su alrededor volviéndolos a su vez también venenosos.
Hay cuatro aspectos importantes que debemos saber acerca del trigo y la cizaña:
1.- Cuando el trigo aún no ha madurado, es del mismo color verde de la cizaña.
De la misma manera, cuando somos cristianos inmaduros no nos diferenciamos mucho de los falsos cristianos.
2.- La cizaña no deja crecer al trigo porque le roba el agua, los nutrientes de la tierra y el sol, incluso es frecuente que contamine al trigo con hongos venenosos.
Asimismo los falsos cristianos no dejan crecer espiritualmente a los verdaderos hijos de Dios, pues los contaminan de muchas maneras, no solo con sus malos ejemplos, sino también con falsas enseñanzas, que son veneno mortal.
3.- El trigo sirve de alimento, la cizaña no sirve para nada, todo lo contrario, pues además de impedir la maduración del trigo y demás cereales -e inclusive volverlos venenosos-, entorpece su recolección.
Cuando el cristiano genuino consigue madurar, muere a sí mismo para servir de alimento a otros. No así los falsos cristianos que, por no haber nacido de nuevo genuinamente, se niegan a morir a sí mismos y arrastran con su mal ejemplo y mala influencia a los hijos verdaderos. Un cristiano genuino deberá guardarse de ser contagiado por el mortal veneno de los falsos cristianos, pues corre el riesgo de a su vez contaminar a otros (1 Corintios 5:11 / 1 Corintios 5:6).
4.- El trigo no maduro o contaminado tampoco sirve de nada y junto con la cizaña se usaban para calentar el horno.
Como ya dijimos, es común que el trigo alrededor del cual creció cizaña no alcance su madurez al momento de la siega, o inclusive -como también ya lo dijimos- que se hubiere contaminado y vuelto venenoso. En estos casos, al igual que la cizaña, no sirven para alimento, por lo que junto con la mala hierba se arrojan a las llamas del horno. Esto es, que ambos -trigo contaminado y cizaña- se echaban al fuego.
De igual forma si permitimos que los falsos cristianos nos contagien de su mal ejemplo y mala influencia no seremos de utilidad al propósito Divino, sino por el contrario, seremos tropiezo.
Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero. Mateo 13:28 -30
¿Por qué el pasaje da a entender que al tratar de arrancar la cizaña se puede confundir con el trigo, pero al llegar el tiempo de la siega no ocurrirá tal confusión?
Como ya sabemos, cuando el trigo aún no madura es de color verde, igual que el color que siempre tiene la cizaña, por lo que en su etapa temprana de crecimiento es muy dificil diferenciarlos -trigo y cizaña- uno de otro. Pero conforme llega la maduración el trigo va poniéndose dorado y al momento de la siega se distingue perfectamente de la cizaña que siempre permanece verde.
¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. Juan 4:35
Este pasaje dice que al madurar el trigo los campos se vuelven «blancos», lo que el pasaje quiere dar a entender no es que los campos de trigo se vuelvan de ese color, sino que SE ACLARAN.
La fe inmadura es como el trigo verde
El proceso de maduración del trigo nos ofrece una bella lección de cómo la fe del creyente debe transformarse.
Al comenzar alguien en algún oficio metafóricamente se dice "aún está muy verde" o "aún no se le ve color", "todavía no pinta" o "está tierno aún" estas frases provienen de la enseñanza que la maduración del trigo nos da y se refieren a quien todavía no ha acabado de desarrollar su carácter.
Algo parecido sucede con todos los que iniciamos el camino de la fe. Cuando nuestra fe acaba de surgir, se parece a las espigas de trigo aún verdes, porque ha iniciado un proceso de maduración.
Así como las espigas de trigo se espera que un día maduren, así también nuestra fe debe transformarse para dar muestras de un crecimiento espiritual.
Un buen ejemplo de esto lo tenemos en las actitudes que los discípulos tenían cuando pretendían ser los más importantes entre ellos (Marcos 9:33-35); actitudes que por supuesto desaparecieron cuando su fe fue madurada (Hechos 10:25-26).
La inmadurez espiritual: el egoísmo y la soberbia
El color verde del trigo, que denota su inmadurez, simboliza el egoísmo y la soberbia que aún guarda todo creyente nuevo. Todos los que hemos iniciado nuestro camino en la fe necesitamos constantemente deshacernos del egoísmo y la soberbia, pues no obstante haber nacido de nuevo, todavía nos caracterizamos por buscar lo nuestro y desear ser servidos. Este proceso de purificación, perfeccionamiento y maduración, es efectuado por el Espíritu Santo a través de nuestra comunión con Él y su Palabra y la debida obediencia (Marcos 4: 1-20 / Marcos 4:26-29). Proceso que continúa a lo largo de toda nuestra vida (Filipenses 1:6 / 1 Pedro 5:10).
Contrario al proceso de maduación que todo nacido de nuevo debe iniciar, cierto tipo de falsos maestros (hay otro tipo de falsos maestros, los judaizantes, pero de ellos hablaremos en otra ocasión) enseñan erradamente que en el servicio a Dios el creyente debe anhelar tener abundante dinero, fama y popularidad, engañando con eso a los que comenzaban a acercarse a Dios, seres completamente inmaduros en su fe, los cuales lejos de perfeccionarla cultivándola con amor y humildad, la corrompen incitando el egoísmo, la avaricia, la soberbia y el orgullo que todavía hay en sus corazones (1 Juan 2:15-17).
Cuando brotan los impíos como la hierba, Y florecen todos los que hacen iniquidad, es para ser destruidos eternamente. Salmo 92:7
Por todo ello, nada mejor para ejemplificar a los falsos maestros y su influencia nociva que la cizaña, pues con sus enseñanzas venenosas lejos de permitir a la gente madurar en su fe, la corrompen, pues provocan que sus discípulos se queden siempre estancados en su inmadurez egoísta.
La madurez espiritual: el amor y la humildad
La madurez espiritual está del otro lado del egoísmo y la soberbia, pues son el amor y la humildad. El color dorado del trigo, el cual denota su grado de madurez total, es el amor en el que se ha transformado nuestra fe.
Así como la cizaña nunca cambia, y el trigo envenenado no maduran ni crecen, los falsos cristianos permanecen siempre igual: persisitiendo en sus malas obras de las que nunca se arrepienten.
Pero nosotros, cristianos genuinos, como el trigo VAMOS MADURANDO CONFORME SE ACERCA LA SIEGA, y al momento de ésta, ya somos completamente diferentes a la cizaña.
Esa es la diferencia entre lo plantado por el Padre celestial y lo plantado por su enemigo: la maduración. El crecimiento espiritual constante. El que Dios crezca cada día más en nosotros al tiempo que nosotros disminuimos (Juan 3:30 / 2 Corintios 7:1 / 2 Corintios 12:9).
El trigo y la espiritualidad
Por eso, a nosotros su iglesia, el Señor nos compara con el trigo, porque al contrario de la cizaña, que ni crece ni madura, el trigo crece con su corona dorada (Apocalipsis 3:11) hacia el cielo y va despegando su cabeza de la tierra; mientras que la cizaña siempre está en lo terrenal, el trigo busca lo celestial; Así como la semilla de trigo muere y es enterrada y luego brota la espiga hacia el cielo, de la misma manera si morimos a nuestros propios deseos, a nuestra propia vida en este mundo, comenzaremos nuestro camino hacia la verdadera espiritualidad.
De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. Juan 12:24-25
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