domingo, 13 de septiembre de 2015

¿QUÉ SIGNIFICA "TOCAR AL UNGIDO DE DIOS"?

UNGIDO NO SIGNIFICA INMUNIDAD. 

La frase "No toquéis a mis ungidos" hoy muchos la usan mal, creyendo que es impunidad ante el pecado, donde nadie les puede cuestionar cualquier cosa que digan o hagan, ni siquiera las evidencias de sus malas acciones, actuaciones y enseñanzas. 
Lamentablemente, muchos de ellos, y sus seguidores con su ignorancia bíblica, arremeten contra quienes se oponen a lo que ellos piensan y hacen, usando algunos textos bíblicos para atemorizar, amedrentar, y hasta amenazar, diciendo: "ah, No toquéis a los ungidos", "Dios te va a destruir" ect.


Amados hermanos, nadie puede usar la Biblia o parte de ella como un escudo para pecar y vivir según su conveniencia. Y es lo que se está practicando hoy día, cuando se saca fuera de contexto el siguiente verso: “No toquéis a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas” (Salmo. 105: 15). 

Con frecuencia personas citan este versículo como si fuese un escudo para pecar y llamar bueno a lo malo. Pero la verdad es que nadie puede usar esa Escritura para defender lo indefendible, mucho menos para dar impunidad a la desobediencia en la iglesia. Por tanto, debemos entender que nos enseña realmente la Palabra de Dios acerca de lo que es un ungido. 

En el Antiguo Testamento los llamados "ungidos" eran personas apartadas para Dios a fin de desempeñar tres diferentes funciones:
1) Los profetas
2) los sacerdotes.
3) los reyes. 


Como por ejemplo, en el caso de los sacerdotes, la Biblia dice: “Y las vestiduras santas, que son de Aarón, serán de sus hijos después de él, para ser ungidos en ellas" (Éxodo 29: 29; Levítico 4: 3). Aquí vemos como Dios ungió (escogió) a los sacerdotes para el servicio del tabernáculo, aclarando que no por eso ellos estaban libres de pecado ni de ser reprendidos; como en el caso del Sumo sacerdote llamado Elí, el cual fue juzgado y reprendido duramente por Dios, y donde sus hijos, también sacerdotes, llevaron el castigo por su mal proceder (1 S. 2: 12-25). Queda más que claro que ser ungidos no les daba inmunidad ante el pecado ni los libró de ser reprendidos públicamente.
El texto dice: "No toquéis a mis ungidos...". Aquí la palabra "tocar", del termino hebreo "naga", que significa "golpear" o "golpe mortal", indicando la prohibición de Dios al pueblo de no dar golpe de muerte o matar a sus ungidos. 

Esto se observa en el caso de David y el rey Saúl. En 1 de Samuel 24, vemos como el ungido rey Saúl perseguía injustamente a David para darle muerte. No obstante, Dios entregó a Saúl en manos de David dos veces; la primera vez, en aquella cueva del desierto de En-gadi, David hubiera podido matar a Saúl allí mismo, pero como aquél era todavía el rey ungido de Israel, no lo hizo, y estas fueron sus palabras: “Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová” (1 Samuel. 24: 6). 
Por tanto, siendo que ese texto se refiere exclusivamente a que no se debe dar muerte a los ungidos de Dios, nadie puede usar ese verso para decir que no se puede corregir o amonestar el pecado. 
Saúl era el ungido, pero eso no le eximió de ser reprendido por su pecado, cuando el profeta Samuel le confronta y amonesta por haber desobedecido a Dios. Si Saúl hubiese hecho caso a la sabia voz del profeta Samuel, tal vez no hubiese perdido su reinado ni su vida de forma trágica; el ser ungido no le hizo inmune. La historia se repitió con el ungido rey David, el cual fue reprendido duramente por su pecado por el profeta Natan. El ungido David, aunque no fue “tocado” (muerto) por Natan, si fue reprendido por él públicamente” (2 Samuel.12).
La palabra de Dios para la iglesia de Cristo del Nuevo Testamento, es la siguiente: “Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye,reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina“ (2 Timoteo 4: 1, 2). Por lo tanto, amados hermanos, no se puede usar el texto bíblico de “no tocar a los ungidos” a la hora de refutar, reprender, exhortar, redargüir y combatir las falsas enseñanzas y a quienes las promueven. Porque el “no tocar” se refiere a no "dañar injustamente", "a no matar", o "destruir".
En la actualidad los ungidos no son una clase sacerdotal aparte, ni un grupo elite, sino que todos los fieles creyentes somos ungidos ante Dios: "Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas (1 Juan.2:20). De modo que todos los creyentes fieles comparten la misma igualdad y dignidad ante Dios como sacerdotes y embajadores de Cristo (2 Corintios.5:20; 1 Pedro.2:8). 

Nadie puede llamarse de forma singular "el ungido". Porque de forma singular, Dios ha dicho que Jesús es "el Ungido", vocablo que en hebreo es "Mesías", y Cristo en griego. 
En el Nuevo Testamento, cuando se aplica "ungido" en singular, se está refiriendo exclusivamente a Jesucristo. En lucas. 2:26, dice: " Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor". 
Cuando alguno en la iglesia pretenda que le llamen "el Ungido" de forma singular, dicha persona se está poniendo en el lugar de Cristo, lo cual se condena en Mateo. 24:5: "Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán".
Todos los creyentes en plural, hemos sido ungidos con el Espíritu Santo. 


En todo caso, se deberá aplicar el termino "ungidos" a todos los creyentes sin distinción, y no meramente a unos exclusivos y famosos líderes, como se pretende descaradamente hoy día. Hay que aclarar, que en la Biblia, cuando se dice "el Ungido" en singular, se está refiriendo a Cristo, cabeza de la iglesia. 

Hoy, quien pretenda llamarse "el Ungido" en forma exclusiva y singular, es un falso; ese calificativo "el Ungido" le corresponde exclusivamente al Señor. Es importante entender estas verdades ante los tiempos peligrosos y de apostasía que afronta el mundo. 
En ningún modo se puede justificar el pecado con la frase veterotestamentaria "no toquéis a mis ungidos" (Salmo. 105), como para que no se cuestione las enseñanzas falsas de algunos de estos líderes “ungidos” de la actualidad, y a ellos mismos, y muchos de quienes les siguen, que son sólo en apariencia piadosos. Paz


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